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Tú a Tecnología, yo a Humanidades
Tú a Tecnología, yo a Humanidades
Varias expertas en género y ciencia (María Ángeles Sallé, Cecilia Castaño, Nuria Oliver, Capitolina Diaz) lanzan interesantes reflexiones en este artículo publicado en El País. Hemos querido recoger las principales ideas en este post y combinarlas con datos a nivel local para ver si son aplicables también en nuestro entorno.
Las autoras subrayan la división actual entre carreras técnicas por un lado y artísticas y humanísticas por otro, mientras el futuro de esta sociedad digital en la que vivimos depende del conocimiento híbrido entre el dato y lo abstracto.
En dicho artículo, además, describen las razones por las que mujeres y hombres repiten patrones a la hora de elegir sus estudios y de proyectarse en el mundo laboral. Así, afirman que “al llegar a la ESO, las chicas serán más aplicadas en los estudios, pero quedarán rezagadas en el índice de competición y autoeficacia, y aumentará su temor al fracaso. Si no se interviene efectiva y sistemáticamente desde primaria contra estos efectos, lastrarán sus vidas a pesar de sus logros académicos”. Repasando las estadísticas de las últimas décadas sugieren que “en las pruebas PISA, las chicas sobresaldrán en lectura, pero se mantendrá una decreciente brecha de género en ciencias y matemáticas. Ellos dominan el dato (objeto); ellas, el relato (sujeto). Un metaanálisis de más de 40 años de evidencias sobre las preferencias ocupacionales señala que – de manera consistente en el tiempo – los hombres prefieren trabajar con cosas, mientras que las mujeres prefieren hacerlo con personas, enlazando conceptos abstractos con situaciones de la vida real. Combinar de manera eficaz el dato y el relato en la educación arrojaría resultados científicos y por género diferentes”.
Los datos sobre el alumnado matriculado en distintos niveles y áreas de estudio en Euskadi en el curso 2022/23 también apoyan estas afirmaciones. En el siguiente gráfico se puede ver la distribución del alumnado por niveles y por sexo recogidos por el Eustat.
Si indagamos en cada nivel veremos que la distribución de mujeres y hombres por áreas de conocimiento está lejos de la paridad. En concreto, la mitad del alumnado de Formación Profesional se matriculó en los ciclos formativos vinculadas a profesiones STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) y la otra mitad en los que no forman parte de ese ámbito científico-técnico. Sin embargo, dentro de esos grupos, la distribución por sexo fue muy diferente. Mientras que en los estudios STEM la brecha de género fue especialmente acusada y las mujeres supusieron tan sólo un 12 % del total, en el resto de familias profesionales el reparto no fue tan desequilibrado ya que el 60% de las matrículas fueron de mujeres.
El alumnado de grado matriculado en Euskadi, más de 60.000 personas, se repartió entre 106 titulaciones diferentes. No obstante, es remarcable que la mitad, casi 30.000 alumnos y alumnas, se concentraron en tan solo doce grados. Los estudios más demandados fueron Administración y Dirección de Empresas, Educación Primaria, Derecho, Psicología y Educación Infantil. En el gráfico se puede ver la distribución del alumnado de grado por sexo en cada campo de estudio en Euskadi según el Eustat:
Las expertas del artículo mencionado describen la situación a nivel estatal y afirman que “no sorprenden, pues, sus expectativas de trabajo cuando lleguen a los 30 años: más de un 20% de las mujeres (y el 8% de los hombres) se proyectan en las áreas de salud. Las profesiones TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), a pesar de ser de las más demandadas, solo atraerán a un 9,5% de los chicos y un escalofriante 1,2% de las chicas” y añaden lo siguiente “el prefijo “bio” elevará notablemente la presencia femenina en los estudios de ingenierías. Así pues, no deberíamos considerar las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) como un todo, ya que en ciencias la mitad son mujeres. Sería más adecuado, en nuestro país al menos, hablar de TEM (sin ciencia): disciplinas con una enorme demanda en el mercado, un interés bajo por parte de los jóvenes, una inmensa falta de diversidad de género y una tasa de abandono de un 50% en los tres primeros años”.
Desde el equipo de igualdad de MGEP creemos que algunos de estos datos se ven reflejados también en nuestras aulas, tal y como se recoge en la memoria de igualdad de MGEP y consideramos la reflexión que lanzan al final del artículo una buena estrategia para atraer, generar y retener el talento adecuado “tenemos la oportunidad de impulsar rutas híbridas que incorporen el muy necesario conocimiento tecnológico en las carreras de humanidades, lo que aumentará su empleabilidad y evitará despilfarrar capacidades sin las que será imposible construir una sociedad y economía digitales por y para los seres humanos. Igualmente, deberíamos apostar por la necesaria tecnología humanista, incluyendo conocimientos y sensibilidades propios de las ciencias sociales y las humanidades en las carreras TEM. Solo así podremos construir una sociedad y economía digitales por y para las personas. Nuestro éxito como sociedad (digital) depende de la alquimia entre ciencia, tecnología y humanismo (en el centro), corremos el peligro de quedarnos atrás.”